17 octubre, 2012

No creo que sea lo correcto, abandonaré a las personas importantes en mi vida, acabaré con todo en unos minutos. Hay tantas cosas que me hubiesen gustado hacer, tantas sonrisas que regalar, tantas lágrimas que llorar, tantos años de vida que vivir...
No me gustaría que mi madre me viese así, pero, ¿qué puedo hacer yo para que no lo haga? A lo mejor hacerlo en otro lugar, pero no, pensaría que me han secuestrado y se sentiría culpable por haberme dejado sola en casa.
Después de mucho pensarlo, voy a la cocina, cojo el cuchillo más grande que haya y me lo paso lentamente desde la muñeca hasta la mitad del brazo. Veo como me desangro, me siento sobre el charco de sangre y espero a que todo acabe. En unos segundos todo acabará, desapareceré de este desgraciado mundo, no volveré a sentir dolor nunca más, no volveré a llorar. Ya no me quedan fuerzas. 3... 2... 1... Mi corazón deja de latir.

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