29 junio, 2011

Cuidado con la elección, él puede cambiar de opinión.

Esto simplemente es una adivinanza, una pequeña historia, como quieras llamarlo. Existen infinidades de nombres por los que puedes decidirte y escoger. Sin más rodeos, empecemos de una vez:
Trata de un individuo, un ser cuyo nombre no voy a pronunciar ahora. Todo el mundo le conoce pero es un desconocido. Es bastante famoso, tiene una buena fama, pero a veces positiva y a veces negativa.Físicamente no tiene nada especial. Alguien del montón, alguien como cualquier otro. A lo mejor os habéis cruzado con él más de una vez. Pasa sin ser visto, y te conoce como si fuera tú. Llega a saber tanto de nosotros que a veces asusta.
Muchas veces en esta vida, desearás no haberle visto jamás, si es que puede ser visto. Más bien, diré que desearás no haberle vivido jamás.
Vive nuestros problemas junto a nosotros. Cuando  vemos los problemas, los ve a nuestro lado. Cuando intentamos olvidarnos de esos problemas, él siempre aparece, y además nos lo puede impedir. Cuando nos obligamos a nosotros mismos a distraernos, y él nos apoyará o no. Todo depende de si le conviene.
Cuando vas recorriendo el camino de tu vida, siempre te vas a topar con este  desconocido. Ese tal ser que inunda las calles, las miradas, las ciudades, las casas, los corazones,… todos esos lugares con los que estamos relacionados. Su nombre empieza por D y termina por O. Está formado de tan solo unas siete letras. Pero claro: a, b, c,… el abecedario es muy largo.


Es caprichoso, egoísta, listo, inteligente, a veces generoso y otras veces bastante irónico. Te hace enredarte en tus propias trampas. Puede obligarte a hacer cosas que nunca te habrías planteado.
Es imposible controlarlo. Convive con sus propias normas y rara vez juega el papel de tonto.
Parece que es un ser malvado según como lo estoy describiendo, pero no os adelantéis.
Todo depende de cómo le sirvas, de cómo seas ante él, sabrá comportarse. Te toca escoger. ¿Serás esclavo o rey?
Cuidado con la elección, él puede cambiar de opinión.
¿Ya sabes quién es?




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